La falta de deseo sexual es de lo que más preocupa a las parejas. Pero suele resultar complicado de abordar de forma abierta. Es un tema que suele guardarse a nivel individual y que, cuando surge en la relación, es en forma de reproches o comentarios indirectos que se evaden.
Nos cuesta hablar de sexo en la relación en general y, sobre todo, nos cuesta hablar cuando sentimos que algo en nuestra vida sexual no va bien. ¿Por qué?
¿Por qué cuesta hablar de sexo en pareja?
Hablamos mucho más de sexo que hace unos años, pero en general sigue existiendo mucho camino por recorrer en cuanto a educación sexual y la posibilidad de compartir abiertamente lo que nos gusta y lo que nos preocupa en este sentido con nuestra pareja.
Los problemas sexuales son muy frecuentes tanto en hombres como en mujeres. El más común es la falta de deseo o excitación sexual, lo que genera mucho malestar en la relación. Despierta al temido fantasma de nuestra inseguridad y pensamos si eso significa que nuestra pareja ya no nos quiere o que ya no le excitamos sexualmente.
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¿Qué entendemos por bajo deseo sexual?
Tener menos deseo que nuestra pareja puede ser simplemente una señal de que nos encontramos en momentos vitales distintos, con necesidades diferentes. Es decir, no tiene por qué relacionarse con el nivel de amor en la relación.
No existe un patrón establecido de lo que resulta deseable en cuanto a actividad sexual en una pareja. Cada pareja es un mundo y será la encargada de establecer la frecuencia de sus relaciones en función de lo que sus miembros necesiten. No es ni malo ni bueno tener mayor o menor frecuencia en la actividad sexual, eso depende únicamente de lo que nosotros individualmente, como parte de esa relación, percibamos.
El sexo es un aspecto muy importante de la vida y de nuestro bienestar físico, emocional y social. Está directamente relacionado con la calidad de vida individual y de la relación. Por tanto, debemos prestarle atención y abordarlo con nuestra pareja para asegurar que nos sentimos bien con ello y, así, evitar frustraciones veladas que pueden acabar minando la relación.
Factores que influyen en el deseo sexual
Si identificamos que realmente la falta de deseo es un tema importante dentro de la relación y que no se debe a un hecho puntual, hay que descartar la presencia de posibles factores externos que pueden estar influyendo en la libido. Algunos podrían ser:
- El uso de ciertos medicamentos como anticonceptivos, quimioterapia o antidepresivos.
- Problemas de sueño.
- Algunas enfermedades crónicas como la diabetes o hipertensión.
- Situaciones de estrés o depresión.
- Bajos niveles de testosterona en el hombre o la llegada de la menopausia en la mujer también pueden influir en la libido.
Cómo resolver la falta de deseo sexual si nos resulta importante
Por tanto, ¿qué podemos hacer si identificamos esto como un punto importante para alguno de los miembros de la pareja?
Comunicación en pareja
Lo primero es hablarlo con nuestra pareja. Dejar el miedo de lado e intentar abordar lo que sentimos de una forma abierta y sincera. No debemos juzgarnos y tenemos que facilitarnos el espacio para que ambos podamos compartir nuestra percepción de la situación.
Dad rienda suelta a la imaginación
Intercambiar apetencias sexuales, poner en práctica fantasías o introducir nuevos complementos en el sexo son algunos ejemplos que nos pueden ayudar. Recordemos que el erotismo juega un papel fundamental en el deseo, que va más allá del coito o del momento explícitamente sexual.
Hábitos diarios en pareja
Revisar nuestros hábitos de vida nos servirá para asegurar que no hay nada que pueda estar influyendo en este aspecto.
Factores externos
Si se debe a otras enfermedades o medicamentos se debe consultar con un médico para valorar si existen alternativas que nos puedan ayudar.
Conclusiones
Si todo esto está bien y no existe ninguna otra disfunción, puede que simplemente se trate de diferencias vitales entre los miembros de la pareja.
En WeFeel somos conscientes de que abordar esto requiere sobre todo de comprensión y respeto para aceptar la posición del otro y buscar esa complicidad que nos permita ser imaginativos y proponer situaciones nuevas. Así generaremos esos puntos de encuentro que despierten la pasión que nos satisfaga a ambos.